10/3/08

“Desde la calle y en las fábricas”


Estar sentado en unas butacas de terciopelo rojo pisando un suelo que hace diez años eran escombros y escuchar a Francesc contar minuto a minuto diez años de sueños.
Mirar por la ventana, ver las cubiertas de uralita de unas antiguas fábricas y a lo lejos ver como el tren pasa.
Volver a ver el tren pasar.
Escuchar al tren como se va…

A veces nos olvidamos de que nosotros, los “casi-arquitectos”, podemos también proyectar los sueños. Proyectar desde un compromiso social que va más allá de lo que hemos aprendido y que tenemos que adquirir con el tiempo, con los sueños que robamos a los vecinos de las barriadas y con los que nos robamos a nosotros mismos.
Proyectar desde la realidad menos utópica, porque tenemos que olvidarnos de los prejuicios y convenciones que presentan a la arquitectura comprometida como una arquitectura de segunda, marginal o incompleta.
Es ,tal vez, la arquitectura más real, la menos ensimismada, la que se hace para la gente, la que se hace para la ciudad, para la ciudad que habitan los ciudadanos que le dan el nombre de ciudad
.

1 comentario:

Mallorca Llevant dijo...

El tren de manacor a artà no es la solución, allí es mejor una red de autobusos flexibles a la demanda de mobilidad de todos los núcleos de población.