21/3/08

El Súper optimismo

Qué pasa cuando un barrio de barracas tiene que destruirse? Los problemas que se plantean son muchos pero des de mi punto de vista son básicamente dos. Por un lado dónde se realojará a los habitantes del barrio y por otro lado qué se hará en los nuevos terrenos liberados. Creo que las administraciones buscan oportunidades para lucirse y ahí aprovechan el segundo problema para darle un nuevo giro a la zona, y sinceramente, creo que el primero lo entienden como daño colateral y les molesta.
Siempre se piensa que las barracas son un problema por su marginalidad, por su precariedad de servicios básicos; pero por un momento me gustaría plantearme si los habitantes del barrio de barracas quieren vivir en barracas o quieren vivir en una ciudad vertical.
La vivienda en la que habitas hace que hagas tu vida de un cierto modo; si tienes terraza, comes en la terraza, si no la tienes comes en el comedor o incluso si tienes una cocina grande, comes en la cocina. Si formas parte de una tradición, todos formamos parte de una tradición, pero si además piensas en seguir con esa tradición, ni quieres dejarla y quieres que tus hijos la aprendan y la sigan, porque sino tu clan dejará de ser tu clan y se desdibujará y con el tiempo se olvidará. Si no quieres abandonar tu tradición, debes seguir haciendo las celebraciones, los encuentros, los bailes y las fiestas. Y claro, que pasa si antes tenias terraza donde hacer tus celebraciones y ahora te mudan a una vivienda en la que tienes vecinos abajo, arriba a izquierda y derecha? Qué pasa con tus bailes? Qué pasa con tus fiestas? Qué pasa con tus tradiciones? Debe la vivienda estar pensada para las personas que la van a vivir, en eso estaremos todos de acuerdo, pero las personas que la van a vivir hacen más que comer, dormir, ver la televisión y conectarse a la tele por cable. Pensar que personas que no quieren cambiar de forma de vivir, tienen que cambiar porque así lo marcan los estudios, no es integrador, no es tolerante, no es CÍVIC. A problema mal resuelto y de manera rápida, grandes problemas a la larga.

alfonso de castro. profesor de fotografía en la UB http://alfonsodecastro.info/wp/porfolios/documentary-travel/europa/el-campo-de-la-bota/

POBLACIÓ INVISIBLE


Hi ha molts estereotips, alguns sembla que corresponguin, però no tots! El mateix guia de la nostra passejada, veí del barri de la Mina, ens explica que és el que ell anomena: “la població invisible”

És la gent que viu al barri i no ho sembla, son tots aquells que estudien a la Universitat, que tenen una bona feina, que no es fiquen en problemes, que tenen aspiracions a millorar…

D’aquests n’hi ha que marxen del barri quan en tenen ocasió, però encara que en queden pocs, aquests volen portar una vida digna sense necessitat de marxar. Son tots aquests que tenen inquietuds o ganes per fer coses que ajuden als organismes oficials (com el consorci) per muntar activitats, xerrades, excursions, o visites per la gent del barri. Per obrir-se a Bcn com un barri més amb una oferta cultural i atractius per la gent que hi viu i fins i tot perquè s’hi pugui apropar gent d’altres zones.

Son l’altra cara de la moneda, aquells que no surten a les noticies per baralles, drogues o altres conflictes estereotips de la zona, son els que intenten pal·liar les mancances d’un barri fins ara abandonat i oblidat.

17/3/08

un paseo por Gràcia

Caminar Gràcia a uno no le supone problema alguno, en principio; antes al contrario, es incluso agradable pasear por este barrio. Lo único que podríamos reprocharle son unas calles algo estrechas y, quizá, cierta dificultad para orientarse una vez dentro de lo que era antiguamente el pueblo. Quién no ha dado vueltas tontas alrededor de la Plaça del Diamant antes de comprobar que ésta ya llevaba un rato ahí detrás esperándonos, tan quieta... Si mucho antes del esperado hallazgo uno pierde el espíritu aventurero, y la paciencia, siempre queda la posibilidad de preguntar en algún comercio abierto cuál es el camino más eficaz para llegar a nuestro objetivo. Es problable que el local más a mano sea un bar temático o una pequeña tienda de ropa cara, pero, si preferimos una alternativa más auténtica y elegimos la panadería de la esquina, casi seguro que la mujer tras el mostrador resolverá nuestro problema.
Le ofrecemos nuestras excusas y sin mediar más palabra formulamos la cuestión. Respuesta: "ah, tú también... ¿Sabes qué pasa? No es que me enfade, pero no hay día que falte alguien preguntando por tal o cual plaza, nunca adivinarías la herramienta que más se usa en este horno... ¿Quieres saberlo? Pues es el callejero, sí, esta guía que hace el ayuntamiento (la muestra, tiene las páginas desgastadas y sueltas) con un plano de las calles por orden alfabético al final... Como te digo, viene más gente para preguntar dónde está la plaza que para comprar pan o los pasteles, esto parece más una oficina de información del turismo que otra cosa..."
Finalmente, una vez resuelta la duda acerca del itinerario a seguir, con la conciencia golpeándonos por no haber comprado al menos una barra de pan a cambio de la información recibida, hemos de preguntarnos por qué la mujer que había tras ese mostrador ni siquiera conoce a la mitad de la gente que entra diariamente en su negocio.