Aunque parece que Gracia esté lejos del ruido y de las multitudes del centro de ciudad, está sólo a una parada del principio del Paseo de Gracia. Su laberinto de calles y plazas a una escala mucho menor que en el centro de la ciudad invitan a la relación vecinal y, sobre todo, al paseo. Sus terrazas, pequeños comercios, cines, cafés... son lugares de encuentro donde uno disfruta con sólo ver pasar a la gente. Gracia es uno de los pocos barrios que aún conserva su identidad de pueblo, aunque ésta se vea amenazada por la cada vez más globalizada Barcelona "de moda". En este barrio conviven gente mayor vecinos de toda la vida y bohemios y artistas atraídos por la autenticidad y tranquilidad de sus calles.
Gracia, en definitiva, es un barrio con historia y cultura, un oasis de tranquilidad dentro de la gran urbe, que despierta el orgullo de sus locales que no dicen "soy de Barcelona", sino "soy de Gracia".
1/4/08
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