¿Por qué caminar Barcelona?

Porque al vivir en una ciudad (siempre he vivido en Barcelona), cuesta ver realmente lo que te rodea. Tu mirada es el resultado de tus recuerdos en esos lugares y, a veces, parece anclarse en ellos, sin dejarte ver más allá. Es curioso como la mirada del visitante te hace descubrir nuevos puntos de vista, nuevos lugares de paseo, ocio, e interés en general, y como te das cuenta, a veces avergonzado, de lo poco que sabes de la que se supone que es “tu propia” ciudad. Para conseguir empezar a hacerla “mía”. Para recuperar esa mirada curiosa e inquieta, con la que tanto te entregas cuando viajas a una ciudad desconocida.

Para entenderla. Porque creo que nada en ellas es aleatorio. Y pensando que las ciudades se hacen con el tiempo entiendo que nunca es tarde, ni nunca es pronto supongo, para iniciar el redescubrimiento. Tengo la intención de irme un año fuera, así que quería saber bien qué es realmente lo que podré echar de menos por un tiempo.


Porque la asignatura se sale del plano arquitectónico más técnico y académico. Aunque quizás haga la función más arquitectónica de todas, el salir a la calle, el ir más allá, buscar la vida, a la gente, que son/somos en el fondo quienes generamos la ciudad, y quienes damos sentido a esos edificios que proyectamos entre planos y maquetas, y quienes debemos disfrutar de ella al máximo.

Por la falta de tiempo para pasear, por disponer al fin de un tiempo “obligado” al disfrute de la ciudad.