25/3/08

¿Puede el urbanismo curar las cicatrices de la conciencia?

11 de marzo de 2008,
me he movido bastante por Barcelona pero nunca antes estuve aquí, ni sentí la necesidad de venir y hoy me pregunto el porqué.

¿Sería quizás por la inexistencia de equipamientos?
¿Por su nula oferta comercial? ¿Por la no presencia de ocio?
¿Sería por la desconexión del barrio? ¿Por su segmentación por motivo de trazado de las infraestructuras de transporte?
¿Sería por la imagen social que todos tenemos de la zona? ¿Por su estigmatización como zona conflictiva y peligrosa?

Y hoy aquí estamos… en la Mina. Porque hoy es un barrio en transformación. Pero transformación gestionada por la entidad interesada en regenerar este barrio, no es la lucha del pueblo por lo que siente suyo como pasa en Gràcia, sino el intento de mentalizar a una sociedad de su necesidad de integración, culturización, aceptación … y conservación de este trozo de territorio urbano que parece que haya empezado a existir políticamente desde que allí se instauró el Forum, el nuevo club náutico y la idea de trasladar allí a los universitarios. ¿Surge de esta idea la dotación de equipamientos que se le está dando al barrio?

Desde el Consorcio de la Mina nos explican que este barrio es el resultado de la reubicación de la gente que vivía en barracas en el área metropolitana de Barcelona (Camp de la Bota, Pekín, la Perona, Can Tunis, Montjuic…). Fue un barrio construido muy deprisa. Se construyeron las viviendas y se alojó a la gente sin prever la dotación de servicios finales. Gente procedente de diferentes grupos de población y en muchos casos con déficits sociales, laborales, culturales o económicos. Nos cuentan que esa idea social que se tiene de los habitantes del barrio, hoy por hoy no es real, que son gente con intereses culturales, artísticos, … y con ganas de colaborar a mejorar el barrio para poder acoger a los nuevos habitantes que en un futuro llegarán…

En nuestro paseo descubro que es un barrio que a pesar de los edificios monstruo que se construyeron y su gran densidad, disfruta de una calidad ambiental exterior mucho mayor que cualquier otro barrio no residencial de Barcelona: calles anchas, plazas, espacios amplios y de fácil tránsito peatonal… Sin duda, después de la regeneración, con la ya existencia del Tram que supone buena conexión, con la nueva dotación de equipamientos, urbanización de espacios públicos, el corte de esos enormes bloques, la modernización de la estética de sus locales comerciales y la integración de nueva vivienda social, mejoras de accesibilidad y rehabilitación de viviendas y mejora de seguridad y lucha contra la delincuencia, el barrio no tendrá nada que envidiarle a tantos otros de Barcelona, pero ¿será capaz de provocar las ganas de ser uno de sus nuevos habitantes, curando las cicatrices existentes en la conciencia?... Seamos optimistas!!!

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